28Y sabemos que á los que á Dios aman, todas las cosas les ayudan á bien, es á saber, á los que conforme al propósito son llamados. 29 Porque á los que antes conoció, también predestinó para que fuesen hechos conformes á la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos; 30 Y á los que predestinó, á éstos también llamó;
Romanos4:5. ¿Es entonces en lo que se nos es contado por justicia en lo que tenemos fe? No, nosotros creemos, tal como lo hizo Abraham, en una verdadera justicia personal que se manifestará de nuestro propio cuerpo, y creemos que Dios hará su obra de transformación en nosotros. El que llama las cosas que no son, como si fuesen, nos Esclaro que el amor de Dios es una bendición sin igual. Al dar con alegría, recibimos el amor de Dios. Aun así, no debemos usar el dicho como si fuera un versículo, ni animar a las personas a dar de lo que tienen con la esperanza de recibir una bendición financiera por parte de Dios. Dios ama al dador alegre (reflexión sobre 2 Corintios 9:7) Ytodas las cosas que fueron creadas habrían permanecido en el mismo estado en que se hallaban después de ser creadas; y habrían permanecido para siempre, sin tener fin. 23 Y no hubieran tenido a hijos ; por consiguiente, habrían permanecido en un estado de inocencia, sin sentir gozo, porque no conocían la miseria; sin hacer lo bueno, porque no Porqueno nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve, ya que las cosas que se ven son pasajeras, pero las que no se ven son eternas. 2 Corintios 4:18 Porque no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve, ya que las cosas que se ven son pasajeras, pero las que no se ven son eternas. | Biblia Dios Habla Hoy (DHH94PC) |
Amenudo he dicho dentro de mí misma, que si un castigo continuo, tan severo como aquel que sufrimos en esa ocasión, fuera a ser aplicado sobre los personajes más malvados que han estado sobre el escabel del Todopoderoso —si el castigo de ellos no fuera mayor que ese, yo lamentaría su condición” (Lucy Mack Smith, History of Joseph Smith, págs. 127
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las cosas que no son como si fuesen versiculo